Etayo Gordejuela, Miguel
París a través de las Óperas que la han recreado: La Traviata, La Bohème y otras obras clásicas. La llegada del realismo, a mediados del siglo XIX, pondrá en el foco el mundo vigente, que así se irá abriendo paso a duras penas en un fenómeno artístico, el de la ópera, tradicionalmente abonado al pasado histórico, al exotismo ultramarino y a la fantasía. París, ciudad que ya encarnaba entonces el mito de la modernidad, se convertirá en escenario predilecto del espectáculo operístico, cada vez que este se atreva a representar la sociedad contemporánea.