Descripción
El ocultismo, las artes adivinatorias, las sectas, la magia y los rituales satánicos han impregnado el mundo del rock 'n' roll a través de sus canciones, sus conciertos y buena parte de la estética que rodea su vestuario y sus conciertos. Entre los años sesenta y la actualidad muchas bandas y muchos músicos se han sentido atraídos por unas formas y unos planteamientos cercanos a los ritos paganos y a la brujería que aplicaron a su vida personal y profesional. Mientras que algunos artistas profundizaron en los estudios de lo oculto, otros se subieron al carro para crear polémica y vender más discos. Este libro es un particular paseo por lo prohibido de aquellos músicos que se han inclinado por una estética y unas propuestas transgresoras, cercanas en ocasiones al paganismos de las antiguas religiones, al satanismo y las artes ocultas. Desde su aparición, en la década de los años cincuenta, el rock'n'roll se ha relacionado con el ocultismo, término que abarca rituales paganos, mitología egipcia y brujería, hasta la adoración del Diablo. Aunque siempre se haya relacionado la simbología metalera con el culto a las sectas paganas, son muchos los grupos a lo largo de la historia que han desarrollado temas con mensajes profundos y una estética ligada en ocasiones a esa corriente más satanista. Grandes iconos del rock como Led Zeppelin, Rolling Stones o Jim Morrison, habrían cruzado por esos terrenos pantanosos en ciertos momentos de su trayectoria. Lo que les sirvió a ciertos sectores más moralistas para señalarlos como foco de todos los males de nuestra sociedad. Con la proliferación de creencias paganas de los sesenta, donde la magia y el ocultismo se abrió paso entre la experimentación sicotrópica, llegaron las prohibiciones y la persecución de algunos artistas, muchos de ellos devorados por las drogas y la presión. Los grupos ligados al heavy metal realzaron la iconografía satanista que popularizarían a través de sus canciones. Los ochenta destaparon una nueva era del culto a Satán que nos acompañará hasta nuestros días. Ocultismo, consumo de sustancias estupefacientes y satanismo impregnaron las canciones y las vidas de personajes y grupos como Iron Maiden, AC/DC, Judas Priest o Kiss. El esoterismo y los símbolos codificados se convirtieron en un espectáculo, que si bien parecía difícil de comprender en ocasiones, tenía una estética que atrapaba seguidores allá por donde pasase. Y que ha llegado hasta nuestros días. Este idilio permanente entre el ocultismo y la música ha hecho florecer un imaginario lleno de símbolos, mensajes secretos y leyendas urbanas que el autor de este libro trata de desentrañar y que constituye una de las formas artísticas más importantes de nuestra era.
